Esperando -privado-

Ella subio a mis espaldas, algo andaba mal y lo sabia, pero decidi ignorar aquellos pensamientos, solo empece a caminar sujetando a Aoi para que no se callera -¿Segura estas bien?- le pregunte nuevamente, sabia que era cansador tener que oir la misma pregunta pero no podia evitarlo, no podia evitar preguntarlo.

Camine unos largos minutos hasta llegar a el parque, mire una banca desocupada, y sin pedirle permiso a Aoi la sujete fuerte y hice que se sentara allí, yo me quede parado al frente de ella con cara de preocupacion, realmente sentia algo raro pero no lo se...

Después de todo ese camino, el cual estoy segura de que no era muy largo pero para mí fue algo eterno. Poco a poco me volvía a sentir normal, la calidez que él transmitía era muy relajante.
-Sí, me encuentro bien- Reí un poco avergonzada.

Al llegar al parque él me sentó en una banca, solo quedó parado frente a mi -¿Quieres sentar a mi lado?- Le miré sonriendo, realmente me sentía como antes. -G-gracias por llevarme cargando, espero que no te hayas cansado- Reí apenada y miré el cielo, hoy era el día, el día en el que "él" abandonó este mundo, mi expresión no reflejaba mucho, solo tranquilidad. Ya había sufrido tanto por ello que supongo que ya no se sentía lo mismo, o tal vez sí y solo trataba de ocultarlo.

-... ¿Hace cuánto tiempo no probabas la sangre?- Pregunté para borrar este ambiente tan molesto.

Abrí grandes mis ojos y la mire -Desde hace años no eh probado sangre, no me llama la atención beber sangre, normalmente solo la necesito cuando me lastiman es una pelea para recobrar fuerzas- le dije sonriente, me senté al lado de ella y la abrace -Gracias- le susurre al oído con una sonrisa que no podía evitar dejar salir.

De pronto se me vino una pregunta a la mente y no tarde en decirla -¿Cuantos años tienes Aoi?- pregunte mirándola frente a frente, normalmente lo primero que siempre averiguo de la gente, es el nombre, la edad y como es. Pero en esta caso me olvide de preguntar la edad, asi que ya que no tenia mas temas de conversación porque no preguntar le eso ahora...

Le miré y sonreí -Tengo 18... ¿Y tú?- Ya había pasado mucho, 18 años... Yo juraba parecer de 15 pero no, tengo 18, que rápido ha pasado el tiempo.

Empezó a hacer algo de frío, era normal en esta ciudad en estás horas -Sabes... En años pasan tantas cosas...- Le abracé, no entiendo el "¿Por qué?" Le había abrazado, solo sentí la... ¿Necesidad?
-N-no he dicho esto en... Años, pero, me alegro haberte conocido- Sorprendí a los pocos segundos haber dicho eso, yo, pensaba que nunca diría nuevamente esas palabras.
-Si quieres saber algo de mí, solo pregúntalo, así nos conoceremos mejor-
Seguía abrazandole, admito que era muy cálido...

Le sonrei y la abrace -Para que nos conozcamos mejor, dejame presentarme, como sabes me llamo Kaname Kuran, descendiente de una familia de vampiros de sangre pura y noble, digamos que aparento de 18 pero bueno para que decir mi edad verdadera, una persona amable y respetuosa- le dije sonriente -Bueno eso es todo lo que por ahora deberías saber de mi- agregue de inmediato. Ademas debo de admitir que era cálido abrazarla, tanto que me hacia sonreír como si nada -Por cierto, también me dio gusto haberte conocido- le dije al recordar lo que ella había dicho anteriormente antes de que yo a interrumpiera presentándome bien y diciendo una que otra cosa de mi.

Era bueno saber más de él, así no cometería ningún error al hablar -... Aoi... O Roppi, depende de quien sea, prefiero que me digan Aoi que Roppi- Sonreí -... No me gusta hablar sobre los días de escuela, ni lo que ha sucedido, solo diré que en esta fecha una persona importante para mí abandonó este mundo, si deseas luego iremos a verle al cementerio, igual planeaba hacerlo.- No sabía que decir, no me conocía tan bien como para hablar de mí -... Soy muy floja, y aún que siempre este sonriendo no significa que en verdad lo esté, tengo problemas con el tema "amor" así que le he abandonado- Suspiré, al darme cuenta mi personalidad ya había cambiado -No me interesan los humanos- Agregue por último.

Nop, realmente no sabía que decir, hubo un silencio incómodo por unos segundos -Ah... Y estoy planeando mudarme, vivir sola y eso, si es mejor alejada de todos- No sabía que decir para romper el ambiente, seguro no le importaba pero hablé por hablar

Le sonreí, pero el ambiente silencioso estaba -Bien, entonces vamos a verle en el cementerio- le dije sonriente, me pare y estire mi mano para que la aceptara -Si se fue de este mundo, no esta mal recordar a esa persona e visitar su tumba, apuesto que se pondría feliz al saber que recuerdas su existencia- agregue sonriente, sin mas solo espere que agarrara mi mano, yo solo pensaba que Aoi era una gran persona por recordar a alguien que se fue hace mucho de este mundo.

-Sabes que, también deberías llevarle flores, tal vez Lirios, esas flores son hermosas, yo creo que serian perfectas- le dije, mirando por todas lados con las esperanzas de que allá una florería abierta, o en el parque habían Lirios tambien asi que podiamos tomar unos sin que nos vean.

Le miré y sonreí levemente, no esperaba ese tipo de reacción, realmente era un buen chico.
-Sí, estaría bien, aún que no creo que haya alguna florería cerca... Si no llevo nada él lo entenderá- Suspiré un poco agotada.

Supongo que él ya se había acostumbrado a que no le llevará nada, porque si lo hacia terminaría llorando y ya me había cansado de llorar por lo mismo.
Muchos chicos y chicas me decían que simplemente era un pájaro enjaulado, estaba destinado a estar dentro de esa jaula que él había construido para mí.
Y tal vez era verdad eso, pero no me molestaba estar en esa jaula tan fría, al menos que alguien llegase y llamará realmente mi atención como para salir o intentar salir de esa jaula.

-¿Realmente... Quieres ir al cementerio...? Nunca he ido de madrugada y... Bueno, siendo sincera da un poco de miedo...-

Le sonreí amigablemente -No te preocupes, no pasara nada, primero vallamos al parque a sacar un poco de Lirios para dejarle en la tumba, o podríamos recoger algunos de la entrada del cementerio, sería un lindo regalo ¿no?- le dije -Sube a mi espalda si te encuentras cansada,yo te podre llevar- agregue rápidamente. El cementerio era precioso de noche, era tranquilo,nadie iba... así que ella podría hablarle a el tranquilamente cuanto tiempo quisiera, si esa persona era muy especial para ella, entonces nada era mejor que visitar la tumba de aquella alma, cerré mis ojos por un instante y sentí la suave brisa en mi rostro, mi cabello se movió junto con su ritmo tranquilo y delicado. Mantuve mis ojos cerrados hasta que aquella refrescante brisa de amanecer ya no soplo mas, abrí mis ojos y no pude evitar sonreír de felicidad, esos suaves vientos me traían tanto recuerdos algunos buenos y otros malos... pero lo mismo eran recuerdos.

-¿Vamos?- le pregunte sonriente.